Mi vida no se basó sólo en escribir y trabajar también tenía tiempo para divertirme. Os voy a contar algunas de las anécdotas más divertidas de mi vida:
Me desterraron a Torre de Juan Abad. No podía salir de allí pero un día, en un pueblo cercano, había una corrida de toros y yo quería ir. Como no podía pisar otra tierra que no fuera aquella se me ocurrió una idea para ir a ver los toros pero sin dejar de pisarla. Me subí a un carro que llené de tierra de este pueblo y me dirigí a la corrida de toros. Cuando me vieron, vinieron a decirme que no podía salir del pueblo y yo les contesté que, en ningún momento, había dejado de pisar la tierra de Torre de Juan Abad.
Otra aventura la viví cuando mis amigos me retaron a decirle a la reina Isabel que era coja. Mis amigos no pensaron que me atrevería pero al poco tiempo, fuí invitado a Palacio a una importante recepción. Me presenté con dos flores, una rosa y un clavel. Al acercarme a la reina, le entregué las dos diciéndole "Entre el clavel y la rosa, Su Majestad escoja."
-¿Quien vive?
-Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni está quedo.
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